Para muchos de nosotros la seguridad al viajar es un punto a tener en cuenta, y para Cooperating Volunteers es una prioridad.
Muchas familias que deciden enviar a sus hijos con nosotros, como es normal, buscan la tranquilidad de saber que viajan a sitios donde van a sentirse seguro y protegidos.
Por eso es importante, informarnos y saber que existen algunos mito y realidades.

Cuando alguien decide emprender una experiencia de voluntariado internacional, una de las primeras preguntas que surge, ya sea por parte de la persona que viaja o por parte de su familia, es siempre la misma: “¿Es un destino seguro?”
En Cooperating Volunteers creemos que hablar de seguridad con transparencia es esencial, porque permite tomar decisiones informadas y vivir la experiencia con tranquilidad. Por eso, hoy desmontamos mitos, aclaramos realidades y explicamos cómo gestionamos la seguridad en cada destino donde estamos presentes.
Mito 1: “Los países de voluntariado son peligrosos por definición”
Realidad: La percepción de inseguridad suele estar más influenciada por las noticias y los estereotipos que por la experiencia real en terreno.
Muchos de los destinos donde cooperamos, como Kenia, Tanzania, Sri Lanka, Nepal, Ghana o Costa Rica, reciben cada año millones de turistas. Las zonas donde se desarrollan los proyectos son seleccionadas precisamente por ser seguras, estables y con comunidades abiertas a recibir a los diferentes participantes.
Trabajamos únicamente con coordinadores locales que viven allí, conocen la zona y hacen un seguimiento continuo del entorno.
Ellos son los primeros en avisar si hay cualquier cambio o recomendación que debamos transmitir. Por eso nuestra confianza con el equipo local, es absoluta.
Mito 2: “Viajar solo/a a un país desconocido es arriesgado”
Realidad: Rara vez viajas realmente solo/a.
Desde antes de salir, recibís una guía detallada, soporte personal y un grupo de WhatsApp donde conocéis a otros participantes que viajan en fechas similares. Además, a la llegada siempre hay un miembro del equipo local esperando en el aeropuerto.
Una vez en destino, vivís en casas compartidas, residencias o familias locales seleccionadas, lo que crea un entorno seguro, acompañado y supervisado.
Mito 3: “Las infraestructuras y servicios sanitarios son deficientes”
Realidad: Aunque las infraestructuras varían entre países, los proyectos se ubican en zonas con hospitales, clínicas y farmacias accesibles.
Antes de viajar, enviamos información sobre vacunas recomendadas y seguros médicos. Todos los participantes cuentan con seguro de viaje completo, que cubre cualquier eventualidad y garantiza atención de calidad.
Asimismo, los coordinadores locales saben exactamente a qué centro acudir en caso de necesidad. Y por suerte, no ocurre con frecuencia.
Mito 4: “No sabré cómo actuar ante una situación imprevista”
Realidad: Nadie viaja sin información ni sin un plan.
En Cooperating Volunteers proporcionamos un manual de seguridad, sesiones informativas y recomendaciones prácticas que ayudan a afrontar cualquier imprevisto con calma.
Incluyen desde normas de movilidad (qué zonas evitar, cómo usar transporte seguro) hasta consejos culturales que previenen malentendidos y situaciones incómodas.
Entonces… ¿cuál es la realidad de la seguridad en el voluntariado?
1. La seguridad es una prioridad, no un detalle
Cada destino pasa por un proceso de validación constante. Si no es seguro, simplemente no enviamos voluntarios.
2. El acompañamiento es continuo
Coordinar, supervisar y estar disponibles 24/7 forma parte esencial de nuestro trabajo. No dejamos nada al azar.
3. La responsabilidad personal importa
La mayoría de las recomendaciones de seguridad son las mismas que seguirías viajando por Europa: guardar documentos en un lugar seguro, no caminar solo/a de noche, usar transporte autorizado…
El sentido común sigue siendo tu mejor aliado. Y por eso también es importante poner de nuestra parte para que todo salga a la perfección.
4. Las comunidades locales nos cuidan
En muchos destinos, los participantes son recibidos como parte de la familia. La comunidad entiende y valora el impacto de los proyectos, y se crea un entorno de apoyo que hace que muchos participantes se sientan incluso más acompañados que en un viaje turístico tradicional.
¿Qué dicen nuestros participantes?
La mayoría coincide en que, tras unos días en destino, comprenden que la percepción inicial de inseguridad era solo eso: percepción.
Muchos comparten que se han sentido más seguros de lo esperado, que han podido moverse con libertad y que la presencia del equipo local ha sido clave para vivir la experiencia con confianza.
Conclusión: viajar informado es viajar seguro
La seguridad no es una promesa vacía, sino una responsabilidad que asumimos con profesionalidad y transparencia.
Los destinos donde voluntariamos no son lugares peligrosos, sino comunidades vivas, diversas y llenas de aprendizaje.
Y cuando se viaja con la preparación adecuada, el acompañamiento correcto y la mente abierta, el voluntariado se convierte en una experiencia enriquecedora… y segura.